
La radiodifusión uruguaya, cuenta con un hito por más singular: nuestro país fue el primero en destinar
el nuevo medio de comunicación para el uso de la propaganda política.
En efecto: a sólo cuatro días de su inauguración, la novel Radio Paradizabal fue alquilada por el Batllismo
a los efectos de su campaña electoral hasta un día después de las elecciones.
De esta forma, como consigna el actan nº 170 del 1º de noviembre de 1922 correspondiente a la sesión del
Comité Ejecutivo Nacional del Partido Colorado refiriéndose ya la propaganda radiotelefónica, el Sr. Ghigliani
manifiestaba que el Sr. Paradizábal le presentó su proyecto de instalación de un transmisor de un kilovatio
instalado en el "Palacio Florida Hotel" y la utilización de 18 receptores con alto parlante distribuídos
uno en cada cabeza de departamento mediante el arrendamiento en cinco mil pesos, quedando el Comité con el
uso exclusivo desde el 10 del corriente hasta el 27. Asimismo el Dr. José Batlle y Ordóñez y el Dr. Ghigliani
fueron autorizados para que firmaran el contrato respectivo con la casa Paradizábal.
Ya formalizado el acuerdo, días después el diario
El Día (órgano oficial de batllismo) del 10 de
noviembre consignaba:
Desde hoy, el éter vibrará para llevar la voz del Batllismo a todos los ámbitos del país.
Todo lo bueno que signifique un progreso, cuenta con el Batllismo y sus hombres para su difusión y su utilización.
La telefonía sin hilos no podía escapara a ésta regla. Medio de expresión de la cultura y la propaganda que
permitirá a todos los habitantes del país, escuchar las audiciones que se realizan en Montevideo, encuentra
en el Batllismo un impulsor de primera línea que lo hará popular en toda la República realizando por su intermedio
la propaganda política en este período eleccionario.
Ha facilitado la empresa un hombre dotado de singular espíritu e iniciativa, el señor Sebastián Paradizábal.
Establecido con una importante casa de comercio en la calle 18 y Andes, quien tuvo la fuerte desición de invertir
unas decenas de miles de pesos en la adquisición de un poderosa estación trasmisora de telefonía sin hilos que
destinaría a expansión cultural, a propaganda y a transmisiones análogas.
El Comité Ejecutivo del Partido Colorado, no bien tuvo noticias que la estación funciona con éxito decidió arrendarla
para su propia propaganda política a tal efecto, ha obtenido el uso exclusivo de la estación Paradizábal hasta el
día 27 del corriente.
El Comité Batllista, además de la trasmisión de noticias generales que hará a determinadas horas el Radio Club del
Uruguay, organizará todas las noches conferencias políticas que podrán ser escuchadas desde todo el país.
En los clubs o en la plaza pública de las capitales de los departamentos se instalarán aparatos receptores de gran
amplificación que permitirán al público escuchar la palabra de nuestros eminentes oradores. La primera a audición
se efectuará esta noche a las 20 y 30, en la cual el señor José Batlle y Ordóñez disertará desde su domicilio y será
oído en todo el país y el exterior.
En noches sucesivas los señores Baltasar Brum, Julio María Sosa, el Dr. Alberto Schinca y el Dr. Francisco Gigliani,
entre otros harán lo mismo.
Con 48 horas de anticipación, El Día publicará el programa de las transmisiones políticas
Pero, ¿cómo fue aquella primera transmisión de propaganda poplítica? Don Ruben Castiilo en su libro
Silencio,
estamos en el aire prolijamente recopiló de los pioneros que entrevistó valiosos detalles de la misma:
13 de noviembre de 1922. En todas las ciudades declaradas tales por la ley se han instalado aparatos receptores. Una
convulsión tecnológica a nivel primario y ni qué hablar a nivel de rumores y chismorreo pueblerino.
A las 20.30, después de escucharse el Himno Nacional, la Marsellesa y el Himno a Garibaldi, pronunciarán discursos por
"telefonía sin hilos" el señor Batlle y Ordóñez y el señor Julio María Sosa. Cerrará la trasmisión el señor Ovidio
Fernández Ríos leyendo su "Himno a Batlle". Emocionado el "speaker" comenzará así:
"-Hola, hola, hola.
Más veloz que el rayo, tan rápida como esa misma luz que el batllismo desea llevar a todas partes, devorando
300.000 kilómetros por segundo y en todas direcciones se difundirá esta noche la palabra batllista por boca
del mismo Batlle. Sintonizad vuestros receptores con esta voz:
Hola, hola, hola.
A todos los que escucháis os digo: poneos de pie, descubríos, que el Himno Nacional llegará hasta vosotros,
trémulos de emoción ante este misterio inmenso y agobiante.
Oid el Himno de la patria; luego oiréis al hijo más esclarecido de ésta".
Sonaron los acordes del Himno y una vez terminado, el señor Batlle y Ordóñez se expresó así:
"Correligionarios de todas las ciudades de la República:
Recibid todos, en este mismo instante, el augurio feliz de la próxima victoria electoral, que mi voz os lleva,
salvando las distancias en alas del progreso, con la velocidad del pensamiento que os evoca.
Nunca la ciencia, que realiza en nuestra edad, la concepción supersticiosa de la bruja, presentimiento del
poder divino de la idea; pero de una bruja buena; nunca ofreció a la difusión del pensamiento servidor tan
sumiso, ni tan poderoso, como éste, que me permite hablar con vosotros a decenas y centenas de kilómetros,
en todas las direcciones y en el mismo instante sin más intermediario que el espacio vacío y misterioso.
¿Qué son, decidme, los ínfimos milagros que se atribuyen las religiones comparados con éste?
¿Con qué bien que se asemeje a éste, ni a tantos otros con que la ciencia ha favorecido al hombre, con qué
bien de esta inmensa magnitud lo favorecieron jamás los que pretendieron ser dioses, o representantes de un
dios en la Tierra?
Fueron ellos, al contrario, los que persiguieron a los primeros sabios, a los que lograban sorprender algún
secreto de la Naturaleza, los que los torturaron, y los que privaron así, por siglos al género humano, de
maravillas como ésta...
De aquellos retardatarios, todavía hay representantes en la tierra, obsecados en el error, amantes de la
oscuridad, que detendrían, si pudieran, el magnífico desarrollo del saber y nos privarían de otras maravillas
como ésta y mayores que ésta, de que ya está repleto el porvenir.
¡Y bien... correligionarios!... Con orgullo podemos afirmar que somos nosotros, que es nuestro partido,
racionalista y avanzado, quien cierra el paso a la falange del oscurantismo y asegura a nuestro país el
sereno goce de todas las conquistas del pensamiento, guiándolo por senderos de luz.
... Pero no quiero hablaros, sólo, en esta hora solemne en que palpamos, puede decirse, el poder del pensamiento,
del homenaje de nuestro partido, a la verdad y a la ciencia; quiero también recordaros su dedicación constante a
la aplicación de la justicia, o sea a la atribución de cada ser humano a la parte de bienes a que tiene derecho
para ser efectivo su destino.
Ciencia o verdad, y Bien, he ahí los dos astros que en el cielo del ideal, señalan con su fulgor el derrotero
de nuestro partido.
... Preparaos, correligionarios, para vencer. La felicidad de todos, la de nuestros adversarios como la nuestra,
nos lo exige...
Llegamos del pasado cargados de laureles; nos ponemos en marcha hacia el porvenir para aumentar esa gloriosa carga...
Todos los que están agobiados por la justicia, son nuestros protegidos. Todos los que no están cegados por el
prejucio nos esperan.
Repetid estos vivas en todos los ámbitos de nuestra tierra:
Viva la República, feliz y justiciera. Viva el Partido Colorado, que la guía".
Lo habían llevado a don Pepe al micrófono -me explica Raúl Fontaina- y él no era hombre fácil de conducir,
incluso de hacerle tolerar novedades o cosas modernas; tuvieron que convencerle de ponerse una especie de collar, para
colgarle el micrófono, que era una bocina como las que tenían los teléfonos de candelero (que es también un micrófono).
Bellaqueó para que se lo colocaran y al terminar dijo: "Sáqueme por favor esta porquería".
El "micrófono-corneta" o "micrófono candelero" aún estaba abierto. Luisito Viapiana no había tenido tiempo de cerrarlo.
-El micrófono se lo coloqué yo, me agrega Emilio Elena. ¡Me acuerdo como si fuera hoy!
Pero la frase final, fuera de texto, no se escuchó en el interior del país y el discurso tampoco, pese a todas las
previsiones y chequeos efectuados días antes y en la misma mañana, porque una tormenta eléctrica impidió la comunicación.
Los elementos pues llevaron al fracaso el primer gran intento político-radial.
Y a decir verdad, la trasmisión de la audición batllista, cerca estuvo de ser un total fracaso. El propio diario
El Día, al día siguiente consignaba cables del interior como éstos:
San José, 20:51. Fue escuchada con atención y entusiasmo, siendo interrumpida por frenéticos aplausos. Díaz Epifraín.
Porongos, 21:10. En este momento termina la audición escuchada con 800 personas. Conferencia de Batlle en parte no fue
oída. Recitado de Casaravilla, algo mejor. Cúlpese al estado de la atmósfera cargada de electricidad.
Canelones, 21:17. Es lamentable lo que ocurre con la radiotelefonía que no trasmite conferencia, y pueblo comienza a
sentirse engañado. Opino debe enviarse un técnico que normalice el funcionamiento pues todos esperan ansiosamente
oír la palabra de Batlle. A las 21 horas no se percibe ni palabra. Firma: Berreta.
Treinta y Tres, 21:20. El parlante mal, siendo el operador incompetente. Remitan nuevo con técnico.
Fray Bentos, 21:20. No hemos recibido nada de la conferencia. Atribúyese la falta al amplificador. Esperamos envíen
otro por el tren de Mercedes. Firma: Pesce.
Artigas. Imposible oírlos. Bien la telefonía sin hilos del Cerrito. Fracaso.
Rocha, 22:25. Conferencia inauguróse con gran gentío. Himno Nacional bien. El discurso de Batlle y Ordóñez óyese mal
y parece que no se terminó de recibir la transmisión. Firma: Miguel Lesama.
Mercedes. La conferencia fracasada. A la hora 20 y 30 recibióse con dificultades Himno Nacional y algunas palabras
entrecortadas del principio del discurso de Batlle. A la hora 22 recibióse con muchas dificultades.

Y la reacción de los adversarios nacionalista no se hizo esperar. El diario
El Plata titulando el día después
"Brincadeiras en el éter: Hola, hola, hola" ridiculizaba esa primera trasmisión así:
Anoche vibró el éter pero desgraciadamente, tal vez por no ser el éter resueltamente Batllista, no vibró con la
seriedad deseada y esperada.
Sin dudas el éter estaba ya cargado antes de que el pontífice ateo lanzase su voz sobre el micrófono, y sin dudas
también se cargó mucho más después de pronunciado el primer discurso.
Cosas del éter. Complicadas con las cosas de la tormenta que se avecinaba, y que continúa avecinándose.
Los cierto es que a las ocho y treinta de la noche los aparatos comenzaron a funcionar según nos informa El Día.
La gente aglomerada frente a los receptores oía a ratos lo siguiente, consignándolo escrupulosamente el colega referido:
Y en todas direcciones se difundirá la palabra batllista, por boca del mismo Batlle. Sintonizad vuestros receptores.
De este modo siguió temblando lo infinitamente pequeño y lo infinitamente grande. Hasta que tembló el firmamento y se
registraron las primeras descargas eléctricas.
Evidentemente ello fue obra del dios de los curas que, envidioso quizás de la gloria batllista, resolvió enviar a la
tierra alguno que otro trueno. Y es verdad que el señor Batlle vapuleaba a Dios y a los curas gritando en el transmisor.
Por último, y para completar la cargazón ambiente, el señor Batlle se expresó así:
Llegamos del pasado cargados de laureles; nos ponemos en marcha hacia el porvenir para aumentar esa gloriosa carga.
Entonces empezaron a llegar despacho desde el interior.
Según ellos, en Durazno, se había oído muy bien las palabras del altoparlante como decía el corresponsal.
En Artigas, resultó imposible entender nada.
En Porongos hubo indignación contra la atmósfera y pidieron que el señor Batlle repitiese el: ¡Hola!, ¡hola!.
En Fray Bentos fracasó la onda etérea, y en Canelones... ¡oh, la telefonía en Canelones!, no se percibió palabra,
según aseguró Berreta.
Todo ello no quita nada, justo es decirlo, a la gloria del batllismo ni a la de la radiotelefonía. Lo infinitamente
grande, pero también lo infinitamente pequeño, se estrelló contra los designios atmosféricos.
Fue, seguramente, una ingentil venganza, del dios de los curas.
Las emisiones propagandístico-político-partidarias seguirían realizándose con relativo éxito en los días sucesivos.
Diversas personalidades coloradas desfilaron por los micrfonos de Paradizábal. Por ejemplo el 22 de noviembre
lo hizo la Dra. Isabel Pinto de Vidal, refiriéndose fundamentalmente a la obra de Batlle en pro de los derechos de la mujer
y también se escucharon los discursos de Santín Carlos Rossi, Ricardo Cosio y poesías recitadas por el señor Guzmán Papini.

Y los microfonos de Radio Paradizábal fueron utilizados también por José Batlle Ordóñez para difundir el programa de
gobierno del batllismo días antes de la elecciones, celebradas el domingo 26 de noviembre.
A las urnas fueron los partidos Colorado, Nacional, Comunista, Socialista, Unión Cívica y la Unión Industrial.
El ciudadano más votado fue el nacionalista Luis Alberto de Herrera, no obstante lo cual resultaría triunfante
en candidato colorado José Serrato por efecto de la acumulación de votos al lema.
Serrato, asumiría el 1º de marzo del siguiente año como vegésimo cuarto presidente contitucional uruguayo, sucediendo
así a su correligionario Dr. Baltasar Brum Rodríguez.